lunes, 4 de enero de 2010

EL MAESTRO INVESTIGADOR


Apuntes de Metodología de la Investigación. Ejemplo del estudio de un caso (A. Bermejo).

No había pensado nunca en el modo cómo y contaba cuentos. Este tema me parecía insignificante que ni siequiera me había planteado el investigar mi actuación en torno a esta actividad.
La primera semana de Prácticas la profesora me pidió que fuese yo la que narrase el cuento, siguiendo la costumbre de hacerlo todos los miércoles por la tarde, después de la sesión de psicomotrocidad. La verdad es que no le dí mucha importancia a esta actividad, ya que simplemente se trataba de contar un cuento y ya lo había hecho otras veces, aunque no con este grupo de niños.
Escogí un cuento que tuviera relación con el tema de la unidad didáctica "Mi cuerpo", y el miércoles siguiente, como estabaa previsto, me dispuse a contárselo a los pequeños. Nos sentamos todos en la alfombra y comenzó la actividad.
Al mismo tiempo que narraba, iba observando que poco a poco el grupo de niños de un extremo comenzó a perder interés y se pusieron a hablar bajito entre ellos. Yo hice como que nome daba cuenta y continúe hasta el final. Al terminar el niño que estaba a mi lado me dijo: "¿Ya está? ¡Pues vaya cuento!
¿Qué es lo que pasaba? ¿Por qué no le había gustado el cuento? ¿Por qué no habían mostrado interés? Estas fueron unas de las tantas preguntas que me surgieron.
Después de esta actividad la tarde transcurrió como cualquier otro día pero yo no dejaba de pensar en "mi fracaso" y eso que sólo se trataba de un cuento. ¿Qué pasaría cuando tuviera que explicarles algún concepto o algún aspecto relacionado con la unidad didáctica?
Al finalizar la clase le dije a la profesora lo que estaba pensando y me comentó que era normal, pues era mi primera intervención y los nervios quieras que no...pero ¡que nervios, si yo estaba tranquila! Así fue como surgió mi primer proyecto de investigación.
"Estoy preocupada porque a la hora de algo tan simple como es la narración de un cuento observo que no acabo de llegar a los intereses del niño y la niña".
Posteriormente, le comenté a la profesora mis intenciones, mi interés por descubrir el origen del problema y decidimos que fuese yo la que narrase todos los miércoles el cuento de la semana y que ella se encargaría de observarme a mí y los niños/as, al tiempo que me orientaría al final de la actividad.
En la segunda ocasión llevaba una pequeña grabadora que los niños no podían ver, con el fin de recopilar una información lo más exacta posible. En esta ocasión la actividad resultó mejor, pero todavía faltaba algo, pero ¿qué era ese algo? Gracias a la grabación y a los consejos de la profesora pude descubrir varias cosas.
En primer lugar mi tono de voz, debía hablar bastante más alto para poder llamar la atención de los niños y niñas. Enfatizar aquello que tuviera más importancia en la narración y dramatizarlo al mismo tiempo que lo contaba. En determinados momentos parecía que estuviera leyendo un artículo de periódico más que dirigirme a los pequeños. Otro aspecto importante a destacar es que quizá su desarrollo fuese demasiado largo y apenas si participaban los niños/as.
Así sabiendo más o menos el origen del problema, teniendo un punto de partida comencé a planificar mis futuras intervenciones, tratando de motivar a los niños, haciéndoles partícipes de la actividad.
Aprovechando que llovió ideé una historia sobre la lluvia (dejando a un lado el tema referente al cuerpo, pues bastante se trabajaba ya con el resto de las actividades) en la que los pequeños distribuidos por grupos, eran los protagonistas del cuento, y en donde según transcurría la historia todos intervenían de una u otra forma e iban expresando sus propias ideas. Cambiamos la historia del cuento a través de preguntas del tipo : ¿Qué hubiera pasado sí?...
También en esta ocasión, para obtener información me serví de la grabadora, de las observaciones de la profesora y de las mías propias. Esta vez estaba segura de que los niños habían estado motivados e interesados por la actividad propuesta, lo que corroboré mediante la comparación de las grabaciones, la felicitación de la profesora y la reacción de los pequeños que me llenaron de satisfacción al preguntarme ¿cuándo nos vas a contar otro cuento tan bonito?
La reflexión sobre mi pensamiento e intervención me ha permitido aplicar estas estrategias en otras actividades y en otros cuentos, en donde además de la palabra me he apoyado en viñetas mediante imágenes. A pesar de no estar muy segura sobre si hacía investigación en el aula, puedo decir que he mejorado mi práctica docente y he comprendido gracia a este "proyecto de investigación" varios de los factores que influyen en algo tan sencillo como la narración de un cuento.
http://wwwuva.ews/aufop/publica/actas/viii/edinfant.htm. Revista electrónica interuniversitaria de Formación del profesorado, 1 (0), 1997. La Investigación acción y el pensamiento del profesor en las aulas de educación infantil. Consultado el 01/08/2009, disponible en

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